Imagínense despertarse con un ritmo en el corazon y una sonrisa en el rostro, salir a la calle y comenzar a bailar, seguro todo el pueblo se les unirá a un bien merecido jolgorio bien coreografiado.
O mejor aún, ir a tomar el autobús para ir a la escuela y oir cualquiera de estos dos tremendos éxitos en la calle.
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